Hacía rato que me había tumbado en la cama, pero ruídos estraños no me dejaban dormir, aquella habitacion era un poco vieja, y esto era mi único consuelo, << por eso se oyen ruidos>> me repetía una vez tras otra. Tenía miedo, mucho miedo, todo estaba medio oscuro, sólo había la luz de la luna que entraba por cada uno de los abujeros de la persiana, mis manos sudaban y mi respiracion se aceleraba cada vez más. En un instante los muebles empezaron a crujir desmesuradamente y la puerta se habría y e cerraba continuamente, oía pasos por todos lados y un chirrido debajo de la cama. Y allí la ví, en los pies de ella, un espiritu en forma de mujer, experimenté dos sentimientos contrarios a la vez, miedo y admiracion por aquella chica, la flor más bella que había visto en el inmenso jardín de mi vida. Su cara però, resplandecía un odio desmesurado, aquel hermoso espíritu tenía el pelo largo y bonito, los ojos redondos y grandes de un color azul como el mar me miraban con rabia, pero a la misma vez dolor. Tenía unos labios definidos i rojizos que gritaban algo, però yo, pobre de mi no lograba entender lo que decía. La mujer se iba acercando, y a la misma vez, veía más cerca la muerte, quería preguntarle que le pasaba pero mis labios no se movían del terror. Claramente veía, a medida que se iba acercando, que era el dia de mi muerte y que me iba a matar el espíritu de la mujer más bella que había visto nunca.
Jordina Bargas
dimecres, 7 d’abril del 2010
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