Era de noche, me encontraba durmiendo en mi cama. De pronto un sudor frío inundó mi cuerpo, me desperté sobresaltada, nerviosa.
Intenté dormirme de nuevo, pero me resultaba imposible; cerraba y abría mis ojos en vano, ya que sólo veía rojo, como si mis ojos estuvieran llenos de sangre.
Muerta de miedo intenté levantarme de la cama. No podía, mi cuerpo no respondía, no podía mover ni un dedo.
Intenté calmarme. Aquello sólo podía ser una terrible pesadilla de la cual pronto me iba a despertar. Pero no fue así, cada segundo que pasaba estaba peor, apenas podía respirar, mi cuerpo temblaba por completo y en aquel preciso instante entendí que había llegado mi hora, así que me deje absorber por aquella marea roja que amenazaba con destruirme hasta mi fin.
Júlia Bergadà
que bonita júlia!
ResponEliminame gusto mucho, y me encanta la manera que tienes de escribir.
Lara León García
Me gusta mucho sobre todo como representas la muerte.
ResponEliminaMarta Martín
Increible Júlia!
ResponEliminaEs muy bonito.
Sobre todo cuando ves que al final llega su hora de morirse y no de despertar del sueño.
Mireia Casado
Júlia!
ResponEliminaTu texto me ha gustado mucho porque me gusta la forma en que has descrito a la muerte. El texto tiene un vocabulario muy rico y és muy claro y facil de entender (NO és rebuscado).
Clàudia Correcher Rodríguez
Me gusta la idea de representar la muerte con el color rojo ya que siempre se le ha otorgado el color negro. Quizás el utilizar el color rojo para la muerte te da a pensar en una muerte dolorosa.
ResponEliminaTambién me ha gustado que el principio das un poco de intriga hasta que al final das la respuesta, rápida y directa.
Carla Antolín Sanz.