diumenge, 11 d’abril del 2010
LLUVIA ROJA
Corría y corría, cruzaba calles y más calles, coches, bocinas, gente, caos… no podía parar, sentía cómo me temblaban las piernas. Hacía frío, el viento me daba en la cara y me helaba las lágrimas antes de que pudieran salir ni tan solo del lagrimal, no me detenía ante nada ni ante nadie. No quería quedarme pero sabía que tampoco podía huir. De repente, todo terminó. Silencio… era como si hubieran quitado las casas, los coches, la gente, como si alguien los hubiese hecho desaparecer, como si los hubiesen borrado de un cuadro en el que ahora sólo quedaba yo. Dejé de correr. Las piernas ya no me temblaban. Me encontraba en medio de la nada y entonces empezó a llover. Mis zapatos se manchaban de rojo a cada gota de aquella lluvia que a la vez humedecía todo mi cuerpo… Me pasé las manos por la cara para tratar de apartar esa agua fría, las manos me quedaron rojas: era la lluvia, no me sorprendí…
Decidí volver. Paseaba por las calles y notaba cómo se me clavaban en la espalda miles de miradas acusadoras que me hacían sentir mal. Empecé a correr una vez más, la gente me señalaba... corría cada vez más y más; me miré la ropa, toda había cogido ese tono rojo por culpa de la lluvia. Rompí a llorar y grité: - ¡No he sido yo! La lluvia, es la lluvia… mientras, trataba de arrancarme la ropa, como si con ella me arrancara también ese sentimiento... Estaba desesperada.
Volví en mí y allí me encontraba otra vez, en medio de esa habitación. Su cuerpo estaba tendido en el suelo; me miré las manos, estaban rojas, pero esta vez no llovía, había sido yo.
LAURA BALCELLS ARGILAGA 4A
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Comentaris del missatge (Atom)
no he entendido mucho la historia, pero aun asi creo que esta muy bien redactada, que la idea (si es lo que entendido) es buena y en general me ha gustado bastante,pero, de quien representa que és la sangre del final?
ResponEliminaOna Benach 4A